viernes, 12 de noviembre de 2010

Hablando de... La gata sobre el tejado de zinc “caliente”

Hoy se estrena en nuestro blog Fernando Megías Ariza, alumno de 2º de diseño gráfico de la Escuela Arte Granada y nuestra última adquisición como colaboracionista del blog. Para comenzar sus andaduras como crítico ha escogido "La gata sobre el tejado de zic (caliente)" esperamos que os guste:

La gata sobre el tejado de zinc “caliente”

Siempre sorprende a uno descubrir un película que sea capaz de emocionarnos, motivarnos o simplemente sorprendernos, pero es aún mas sorprendente cuando se trata de una película que tiene  más de cincuenta años, que probablemente muchas personas (por no decir todos) hemos oído mencionar y que está más que asentada en la cultura cinéfila mundial. Por casualidad la vi hace unos días en canal plus (y lo más fuerte es que es una película que ya tenia en DVD pero jamás había visto) La gata sobre el tejado de Zinc, película del año 1958, de Richard Brooks y que es una historia original escrita para teatro del conocido dramaturgo Tennessee Williams, que ya escribió maravillas como Un tranvía llamado deseo, y del que yo solo puedo decir que era un hombre avanzado para su época. Es precisamente esta cuestión la que más me impresiono de la cinta, yo jamás habría dicho que en el año 1958 y en la norte América conservadora de esa época, se podría rodar semejante obra de arte y lo más increíble aún, ¡¡que fuera un éxito!! Por que lo fue.


Una típica familia sureña norteamericana, con una gran finca y por supuesto millonarios, se disponen a celebrar la fiesta de cumpleaños del patriarca del imperio, al que llaman gran papa y que dentro de este marco idílico de familia perfecta se descubre que no lo son en absoluto, codicia, hastío, marginación, autoritarismo y un gran y profundo secreto, es lo único que habita en esa casa. Hasta aquí puedo escribir sin desvelar nada relevante de la historia pero que por supuesto merece ser vista. La interpretación absolutamente increíble de todos sus actores pero sobre todo Paul Newman y Elisabeth Taylor no deja de ser un plus en esta historia dramática y emotiva.
La película tiene un estilo muy teatral, el único espacio donde transcurre la historia es en las habitaciones de la casa, salvo una pequeña escena en el aeropuerto, y sólo hace más evidente el origen teatral de la obra.

La trama de la película es bastante actual y trata temas como el cariño en la familia -que todos dan por echo que existe sin existir- o como la infelicidad matrimonial -totalmente palpable-. Y claro está, el que es más importante en la historia y tema central, la homosexualidad, pero no olvidemos que estamos en una América de los años 50, donde el sueño americano de la familia perfecta era lo único que se podía ver en el cine, y claro, una historia como esta sufrió sus tijeretazos de la censura, y esto hizo cambiar muchas partes del texto original (que ya en el teatro sufrió mutilaciones) pero que yo creo, es  precisamente lo que engancha de la historia. Nunca se dice el problema, y casi ni se puede hablar sobre él, pero todos saben cual es y todos vemos el daño que provoca el secretismo y la represión. La película sobrevivió a la censura y la estricta moral de América en particular y de prácticamente todo el mundo en general, y ha llegado hasta hoy día intacta, y con mucho más sentido y valor que hace cincuenta años.

Como anécdota decir que la censura española también puso su granito de arena y omitió la palabra “caliente” del titulo original, por ser una palabra provocadora, y también que muchos años después a mediados de los años 80, se estrenaron varias versiones teatrales con el libreto original de Williams, donde el final no era tan ambiguo.

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