jueves, 3 de febrero de 2011

Hablando de... "Transpotting"

Después de ser requerido por las altas instancias, Jesús Ángel Rodríguez vuelve para hablarnos de la archiconocida Transpotting:


Transpotting: Post-post-post moderm films

Después de Transformers, hablemos de alguna otra cosa de interés. Hoy estoy sensiblón así que toca repaso, un poco de moralina que a nadie le importa y recomendaciones para aquellos que no la hayan visto: Transpotting. Danny Boyle sumun

¿Recuerdan mi crítica sobre Cristina F.? Ya me imagino. Bueno, en breve: Cristina F. trata el tema de la drogadicción entre los adolescentes y jóvenes berlineses de los 80. Es dura, honesta y toma un claro aunque sobrio partido por “la vida”

¿Qué es Transpotting? Es como ver Cristina F. a través del espejo mientras se oye a la Reina de Corazones gritar “que le corten la cabeza”. 

Transpotting es un virtuosismo narrativo. Es una dirección de actores y actrices que marcó una forma en el cine independiente. Es un montaje vibrante y un cúmulo de escenas y diálogos ambiguos, frescos y (supuestamente) descarnados y salvajes. 

Es puro talento, lo que no le falta a Dany Boyle. Cristina F. es la historia de unos muchachos que se enganchan al infierno en el Berlín de los 80. ¿Es Transpotting la historia de unos jóvenes escoceses de los 90 que se enganchan a los chutes? No. La meta de Dany Boyle es siempre Dany Boyle. Desplegar su talento, mostrar sus planos girados 90 grados, demostrar hasta dónde puede llegar a la hora de “asustar” a la burguesía. Pero, permítanme si les digo, que creo que le importan un pimiento los jóvenes drogadictos escoceses o al menos, casi tanto como los infantes indios sin recursos. 



Desde el nihilista Sick Boy, un psicópata que “también es un amiguete” o el propio protagonista, líder intelectual del grupo y único proclive al engaño burgués y por tanto a la “salvación”, están diseñados para molar. Es su función. Es para lo que están. Molar. La película incluye la infame muerte por falta de cuidados del bebé de Sick Boy, una ambigua visión sobre el mundo de las drogas, un visionario viaje desde una purulenta taza de váter hacia el limbo líquido del océano junto a otras escatologías bastante divertidas que asombraron y cabrearon a muchos bien-pensantes del mundo que, en realidad, deberían haberse dado cuenta de que la película no va de drogas, ni de “cortes de manga al sistema” ni de nada de eso, porque la película es un monumento al talento de su propio creador. 

¿O es que Dany Boyle no lo repite en Slurmdog millionaire?

Pero como crítico (malo), comprender las razones de una película no pueden interferir en el hecho de que Transpotting no es sólo un hito en el mundo del cine, sino la mejor película de un realizador audaz, visionario y genial en todos los campos posibles en los que un director debe serlo.

Más moralinas: Cristina F. y Transpotting son dos polos opuestos de la visión cinematográfica: la honestidad cruda de la una, contra la genialidad creativa e hilarante de la otra. Vean Transpotting pues es apasionante pero, si quieren hacerle caso a este su crítico de cabecera, no se dejen manipular demasiado por este maestro del cine: yo no le creo, pero sí le admiro. Aunque quizás me equivoque… pero si no me creen vean las dos películas y fíjense en el momento de la “desintoxicación” de los protagonistas en una y en la otra. A lo mejor entonces comprenden lo que quiero decirles…

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