martes, 2 de noviembre de 2010

Opiniones encontradas: DOGMA 95.

Como después de un fin de semana tan largo una se levanta con un humor más pa yá que pá cá, vamos a relajarnos hablando del Dogma. La crítica está servida:


Movimiento fílmico creado en 1995. Surge para revelarse contra la industria cinematográfica. Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen, hartos del artificio que se estaba imponiendo en la forma de realizar el relato cinematográfico, deciden crear el manifiesto Dogma, para encontrar la verdad profunda y un tono más realista en la creación de sus films.

El manifiesto Dogma contiene una serie de reglas que ellos mismos denominan “Votos de castidad” y que una película debe cumplir para considerarse Dogma y conseguir el certificado que otorga la autenticidad del proyecto y un “número de matricula"

Traducción del Manifiesto Dogma:

DOGMA 95 es un colectivo de cineastas fundado en Copenhague en la primavera de 1995.

Actualmente, una tormenta tecnológica está causando furor, el resultado será la democratización suprema del cine. Por primera vez, no importa quién es el que hace las películas. Pero, cuanto más accesibles se hacen los medios, más importante es la vanguardia. No es algo accidental por lo que la vanguardia tiene connotaciones tecnológicas. La respuesta es la disciplina... debemos ponerles uniformes a nuestras películas, porque el cine individualista será por definición decadente.

DOGMA 95, para levantarse en contra del cine individualista, presenta una serie de reglas indiscutibles conocidas como el voto de castidad.

Previsiblemente el drama se ha convertido en el becerro de oro alrededor del cual todos bailamos. Hacer que la vida interior de los personajes justifique el argumento es demasiado complicado, y no es arte auténtico. Ya que, anteriormente, nunca las películas artificiales y las acciones superficiales recibieron toda la atención. El resultado es estéril. Una ternura ilusoria, un amor de ilusión.

Actualmente, una tormenta tecnológica está causando furor: elevemos los cosméticos a Dios. Utilizando la nueva tecnología, cualquiera en todo momento puede lavar los últimos restos de verdad en un abrazo mortal a las sensaciones. Las ilusiones son todo lo que una película puede esconder.

DOGMA 95 se levanta contra el cine de ilusión, presenta una serie de reglas indiscutibles conocidas como el voto de castidad.


El voto de castidad

Juro que me someteré a las reglas siguientes, establecidas y confirmadas por:
  1. El rodaje debe realizarse en exteriores. Accesorios y decorados no pueden ser introducidos (si un accesorio en concreto es necesario para la historia, será preciso elegir uno de los exteriores en los que se encuentre este accesorio).
  1. El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa. (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda).
  1. La cámara debe sostenerse en la mano. Cualquier movimiento -o inmovilidad- conseguido con la mano están autorizados.
  1. La película tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. (Si hay poca luz, la escena debe ser cortada, o bien se puede montar sólo una luz sobre la cámara).
  1. Los trucajes y filtros están prohibidos.
  1. La película no debe contener ninguna acción superficial. (Muertos, armas, etc., en ningún caso).
  1. Los cambios temporales y geográficos están prohibidos. (Es decir, que la película sucede aquí y ahora).
  1. Las películas de género no son válidas.
  1. El formato de la película debe ser en 35 mm.
  1. El director no debe aparecer en los créditos.

¡Además, juro que como director me abstendré de todo gusto personal! Ya no soy un artista. Juro que me abstendré de crear una obra, porque considero que el instante es mucho más importante que la totalidad. Mi fin supremo será hacer que la verdad salga de mis personajes y del cuadro de la acción. Juro hacer esto por todos los medios posibles y al precio del buen gusto y de todo tipo de consideraciones estéticas.

Así pronuncio mi voto de castidad.
Copenhague, Lunes 13 de marzo de 1995.
En nombre de Dogme 95,
Lars von Trier – Thomas Vinterberg



Ya hemos expuesto en que consiste el cine Dogma, ahora vamos a hablar un poquito…
El cine es sueño, es mentira, es la ilusión de una imagen en movimiento, puedes separar la mentira del relato, pero para ello no tienes por que ceñirte a unas estúpidas normas creadas para sentirse más intelectual y cineasta que nadie, ya que además, ellos mismos se las saltan y las adaptan a sus propias necesidades. Eso si, que a los demás les cueste ser dogma, pero cuando me echo la cámara de 35 al hombro, como pesa mucho pues grabo en video y aquí no ha pasao ná… ¿que me pillan? pues cambio la norma -ahora sólo hace falta distribuir en 35mm-
Otra falta de castidad señor von Trier, ¿“Idioterne” no está grabada en clave de falso documental?, ¿eso no es un género…?, sin embargo lo de la falta de  gusto si que lo cumple usted…

Con esta crítica no quiero despreciar el cine Dogma, ni a Lars von Trier -en mi opinión tiene películas muy buenas como “Dancer in the dark” que es lo más alejado al Dogma que se puede hacer-.
Creo que el cine Dogma es un buen ejercicio, pero dejémoslo sólo en eso, en ejercicio.
En realidad lo que me molesta del manifiesto Dogma es la superioridad con la que tratan su cine, creyendo que es el más cercano a la verdad, el más honesto etc. etc. y sinceramente no creo que esto se logre operando la cámara en mano, sino haciendo una introspección tanto personal como profesional a la hora de dirigir y escribir un buen guión.

Y por supuesto que sí, una película es una obra y tiene un autor que deja su marca en ella, ¿o es que los libros se escriben solos y las películas se filman por si mismas? (si Hitchcock levantase la cabeza!…)

1 comentario:

  1. no tenia ni idea de todo esto , no conocia este "dogma" y la verdad es que como bien dices como ejercicio puede parecerme interesante , pero .... solo como ejercicio jejejeje

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