jueves, 21 de octubre de 2010

Hablando de... Still Walking

Aquí os dejamos la crítica de la película dirigida por: Kore-eda Hirokazu. La crítica corre a cargo de nuestro genuino Jesús Ángel Rodríguez (Alias "John Ford").

El planteamiento “Still walking” es simple, casi parece insustancial. Veamos: desde hace años un médico jubilado y su mujer viven en la casa familiar. Su hija casada y su hijo unido ahora a una divorciada con un hijo, se reúnen para conmemorar la trágica muerte del hijo mayor, que se ahogó hace quince años y que celebran año tras año. El desarrollo de la historia es fluido, suave, casi sin darnos cuenta de que ocurren decenas de cosas. Tres cepillos de dientes que la abuela ha colocado en la habitación de su hijo parece que son un buen comienzo: la extraña y su hijo son bienvenidos. Pero a partir de aquí cada diálogo, cada pequeña acción sin importancia nos van revelando todos y cada uno de los secretos de esta familia (de cualquier familia). Rivalidad entre hermanos; expectativas de un padre incumplidas por el hijo; frases de una crueldad infinita dichas con la mayor naturalidad (o “familiaridad” habría que decir) ; recuerdos dolorosos pero también humor y buenos momentos. Todo esto y más es “Still walking”. Una puesta en escena sobria, en apariencia sencilla y al mejor estilo de los grandes clásicos japoneses como Ozu o Mizoguchi. Una serie de escenas que como la realidad parecen tibias y sin empuje, pero que están llenas de amargura, de recuerdos y de una honda sabiduría cinematográfica. La dirección de actores es impecable y concretamente la escena en la que el viejo médico jubilado y su esposa se dedican a “puñetear” al pobre hombre que vive por obra y gracia de que el hijo mayor (el querido hijo mayor) diera su vida por él es tan espeluznante y a la vez tan divertida y dice tanto de unos y de otros que, sinceramente, sobran todas las explicaciones y sólo queda el cine.
No sé si la crítica cinematográfica tiene algún sentido, pero si para algo debe servir es para saber qué películas merece la pena ver: háganme caso, caramba, consigan “Still Walking” de Kore-eda Hirokazu que para mí es ya un pequeño maestro japonés.

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